En los últimos tiempos elegir una buena psicóloga puede resultar complicado. Tengamos en cuenta que vivimos en una época en la que a través de Internet podemos localizar de forma muy rápida la consulta más cercana a nuestro domicilio.
Da igual dónde vivamos. Si nos encontramos en una gran ciudad a través de Internet vamos a encontrar la consulta más cercana. En cambio, si vivimos en una población más pequeña, sólo tendremos qué informarnos de qué profesionales existen. Pero, si introducimos la palabra “calidad” la cosa se complica.
A menudo puede resultar complicado saber si como clientes estamos recibiendo un buen servicio por parte de la psicóloga que nos acompaña. En definitiva, elegir a un profesional que te acompañe no es algo fácil. Es importante que tengas en cuenta algunos factores y asegurarnos de qué te encuentras con una buena profesional.
Claves para elegir una buena psicóloga:
Desde luego, cada caso merece ser estudiado de forma individual y es complicado dar claves especificas para seleccionar a un buen profesional sin conocer las características del paciente y de los profesionales que pasan consulta en tu zona.
Vamos a centrarnos en unas indicaciones generales que te van a ser útiles para elegir una buena psicóloga.
- Te informa de lo que supone una intervención psicóloga.
Es importante que conozcas cómo van a funcionar las sesiones. También es fundamental que conozcas su metodología de trabajo y que puedas resolver todas las dudas que te surjan sobre el proceso terapéutico. Piensa que si conoces cómo a va a funcionar el proceso terapéutico y no te quedan dudas al respecto vas a empezar a trabajar de forma plena.
2. Fases de la intervención psicológica.
Habitualmente la frecuencia de las sesiones será semanal y con una duración de entre 50-60 minutos cada una de ellas. Siempre le digo a las personas que acompaño en consulta que es igual de importante el trabajo que se realiza fuera de la sesión, por ello de esta manera vas a tener tiempo suficiente para poner en práctica lo que acordéis en la sesión e ir afianzando los cambios.
El proceso terapéutico de forma general se divide en tres etapas:
- Evaluación: en esta fase pretendemos conocer cuál es la problemática que te ha traído a consulta. Nos centraremos en conocer cuáles son los objetivos que persigues conseguir pidiendo ayuda. Durante esta fase la psicóloga realizará numerosas preguntas enfocadas a obtener la máxima información. Con esta información pretendemos realizar un análisis científico que nos va a permitir sentir las bases de la intervención. Es muy habitual que en esta fase utilicemos cuestionarios, autoregistros o cualquier instrumento de evaluación que nos proporcione información.
Es habitual que la evaluación dure entre tres y cuatro sesiones. Concluiremos la evaluación dedicando tiempo a por qué tenemos dicho problema, cuáles son los factores que lo desencadenan y cuáles son los factores que lo mantienen; también marcaremos los objetivos de la intervención y comentaremos qué técnicas principales utilizaremos.
- A continuación, empezaremos el tratamiento como tal. Cuyo objetivo principal es generar cambios a nivel emocional, mental y en tu conducta.
- Así mismo, es importante que una vez finalice la intervención exista un periodo de seguimiento en el cual iremos reduciendo la frecuencia de las sesiones. El objetivo principal de esta fase es consolidar y mantener aquellos cambios que hayamos conseguido.
Obviamente esta estructura es general y se adaptará a las circunstancias de cada persona. Sin embargo, mantener cierta estructura nos va a permitir garantizar tener el foco claro y atender a tus problemas de forma especifica.
3. Tareas entre sesiones o para casa.
Como te he comentado en el punto anterior, aquellos que me conocen lo saben. Dedico bastante tiempo a explicar la importancia de estas tareas. Imagina que sólo pones en práctica o abordas el problema durante una hora a la semana en la sesión. Resultaría tremendamente complicado alcanzar los objetivos terapéuticos. Es por ello, que las tareas para casa tienen muchísima importancia. Pero, también es importante realizarlas de forma calmada y en los periodos que se indiquen no simplemente antes de acudir a la siguiente sesión como un mero tramite. Siempre le digo a las personas que acompaño en consulta, “esto no es el cole, sin embargo, dedicar 10-15 minutos al día a realizar las tareas que acordemos va a proporcionar que avances de forma mucho más rápida y que consolides los cambios”.
4. Objetivos terapéuticos.
Como ya te he comentado, los objetivos los acordaremos de forma conjunta durante la evaluación. También acordaremos cuál será el orden en el que decidamos abordarlos. Quienes me conoces saben que llego a ser muy “pesada” en cómo definirlos:
- Nos ayuda a conocer a ambos en qué punto nos encontramos.
- Te van a ayudar a conocer y entender por qué estamos dando los pasos que estamos dando.
- Evita que el proceso terapéutico se alargue de forma innecesaria ya que la consecución de los objetivos va a marcar la finalización del proceso terapéutico.
5. Duración del proceso terapéutico.
Está es una pregunta que me suelen hacer al inicio de la terapia “¿Cuánto tiempo voy a tener qué acudir a terapia?”. Siempre respondo lo mismo, es muy complicado saber cuál va a ser la duración de la misma. Esto ocurre por múltiples factores: la naturaleza de los problemas que nos han llevado a pedir ayuda, el número de objetivos planteados, las circunstancias vitales de cada uno, tu nivel de compromiso en el proceso terapéutico, etc.
Bajo mi punto de vista, un aspecto importante es que cómo profesionales fomentemos que la persona cada vez sea más independiente y le animemos a ir resolviendo de forma autónoma aquellas situaciones que le provoquen malestar.
6. Relación terapéutica.
Bajo mi punta de vista el pilar de cualquier intervención psicológica. Para ello es importante que sientas que existe ese feeling que te conecta con la persona que te va a acompañar durante ese proceso de autoconocimiento. Se resume en que exista una buena alianza terapéutica, cuyos componentes son los siguientes:
- Aceptación incondicional: entendida como la aceptación positiva incondicional en la que el profesional tiene una actitud total de respeto y aceptación de las vivencias y sentimientos de la persona que acompaña-
- Escucha activa: el profesional te escucha sin juzgarte. Además, reformula tus pensamientos de forma que te permita escucharte a ti mismo.
- Empatía: no sólo se trata de ponerse a tu lugar a la hora de escucharte sino ponernos en tu piel, entender lo que sientes y hacértelo ver.
En definitiva, no creo que todas las psicólogas encajemos con todas las personas. Busca a esa persona con la que te sientes cien por cien cómoda, escuchada, entendida y sientes esa conexión que te va a ayudar a avanzar. Dado que somos numerosos profesionales, te cuento cómo lo hago yo. En primer lugar, realizaremos una llamada telefónica dónde me expondrás de forma breve el motivo de consulta y te diré si puedo ayudarte (cómo te he dicho anteriormente no todos los profesionales tratamos todos los problemas y es importante que estemos formados en esa área). Tras esto concertaremos una primera cita gratuita dónde nos conoceremos y te expondré cómo trabajo. Finalmente está en tus manos dejarme acompañarte en este maravilloso proceso de autoconocimiento y crecimiento personal.
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