Tanto en el mes de Septiembre como en el de Enero nos entran ganas de comernos el mundo y de pensar en un montón de tareas, metas y objetivos a realizar. No puedes dejar escapar esa emoción tan intensa porque sabes que a lo largo del año va a ir disminuyendo. Cada Septiembre estrenamos una larga lista de buenos propósitos, con la que pretendemos motivarnos para, de una vez ir a por todas, ir a por todos esos objetivos pendientes que hemos dejado colgados el curso anterior.
Y con las palabras mágicas de…. “este nuevo curso me propongo….” Y ahí empiezan a desfilar nuestros propósitos y metas:
“Dejar de fumar, así no puedo seguir.
“Ir al gimnasio tres días a la semana”.
“No gritar a los niños y controlar mis nervios cuando están revoltosos”.
“Perder esos kilos de más”
“Mantener una dieta saludable”.
“Estudiar las asignaturas día a día y no dejarlas para último momento”.
….. Seguro que muchos de ellos te suenan y ahora que empieza el nuevo curso te ves con ganas de mantener.
Para mantenerlos es fundamental distinguir entre DESEO y OBJETIVO. Deseo es anhelar que algo ocurra, sin que tengamos que hacer nada al respecto. En cambio, objetivo es un fin hacia el que dirigimos nuestras acciones ya que sentimos y creemos que lo que hacemos nos encaminará a conseguirlo.
Cuando mis pacientes se encuentran con esta ambivalencia les indico: “Deja los sueños, y vamos a marcarnos objetivos. Deja de cruzar los dedos, y vamos a pensar qué puedes hacer tú para acortar la distancia entre tu “yo real” y tu “yo ideal, y EMPECEMOS”.
Es fundamental que para que todo esto no quede en un listado de vagas intenciones que vas olvidando a lo largo del curso, lo mejor es marcarte unos objetivos concretos, realistas y alcanzables. Unos objetivos que estén mal definidos aumentan la probabilidad de que vuelvan a caer en “saco roto”.
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A continuación te indico algunos puntos para que puedas marcarte objetivos de forma eficaz:
- EXPRESA EN POSITIVO:
Habla de aquello que quieras conseguir, no de lo que quieres que desaparezca. Esto te va a ayudar a concentrarte en una acción positiva que es más fácil de llevar a cabo. Utiliza está pregunta “¿A dónde me quiero acercar?” te será más útil que “¿De qué me quiero alejar?”.
Visualiza el lugar al que quieres llegar y habla en términos de acciones positivas: “quiero aprender a…”, “quiero estar en…”, “quiero hacer….”, “quiero sentir…”, etc. En lugar de utilizar expresiones negativas como: “no quiero estar en…”, “no quiero hacer…”, “no quiero verme en…”, etc. ¿Eres consciente de la diferencia?
- SE ESPECÍFICO CON TUS OBJETIVOS:
Observa la diferencia entre “quiero estudiar francés, dos horas a la semana los martes y jueves” o “tengo que ponerme a estudiar francés”. La primera expresión nos compromete más a realizar esa acción y nos ayuda a adquirir este hábito ya que, sabemos qué tenemos que hacer exactamente, cuándo y dónde.
Algunos de mis pacientes cuando les pido este ejercicio utilizan expresiones del tipo “ser feliz”, “desarrollar mi carrera profesional”, “ser buena persona”, etc. Todos estos objetivos son generales y abstractos, es necesario que los delimitemos más para dirigir la acción de forma eficaz.
- MARCATE OBJETIVOS QUE DEPENDAN DE TI:
Muchas veces nos marcamos objetivos que no dependen de nosotros mismos. Debemos proponernos objetivos que dependan directamente de nuestras acciones y que no estén condicionados a la conducta de otras personas.
Observa la diferencia entre “voy a intentar que haya tranquilidad en casa”, la tranquilidad va a depender de terceras personas y escapa de nuestro control. Sin embargo, “cuando los niños griten, voy a utilizar la técnica de extinción y no voy a levantar la voz” este objetivo te coloca como agente activo de la conducta.
- MARCATE OBJETIVOS COMPROBABLES, QUE PUEDAS MEDIRLOS.
El enunciado “quiero ir a Yoga lunes y miércoles a las 18 horas”, te permite comprobar rápidamente si lo logras o no, y en qué porcentaje. Sin embargo, la meta “quiero hacer más deporte” es demasiado ambiguo y difícil de medir.
Cuando concretamos cantidades y parámetros, te va a resultar más sencillo de valorar y ver cómo va siendo tu evolución. De forma que puedes tomar decisiones respecto a tu proceso y puedes ir modificando las acciones que debes de dar.
- DESGLOSA TUS OBJETIVOS EN PEQUEÑAS METAS DE CONSECUCION MÁS RÁPIDA.
En consulta, siempre les digo a mis pacientes que es fundamental que visualicemos los objetivos como una escalera que vamos subiendo peldaño a peldaño de forma gradual. Esto va a aumentar la motivación y tu confianza en lograrlo.
Por ejemplo, vamos a desglosar el objetivo general “Quiero hacer más deporte” en objetivos más específicos y de consecución rápida, “Hoy correré 10 minutos y caminaré 20. La próxima semana correré 15 minutos y caminaré 15. La siguiente semana pasaré a correr 20 minutos y caminaré 10”.
Es decir, la idea sería asociar cada submeta a un periodo temporal. De forma que tendremos pequeños objetivos diarios, semanales, mensuales y trimestrales.
Recuerda que la forma en la que plantees tus objetivos va a determinar en gran medida su consecución.
En el vídeo vas a poder obtener más información acerca de cómo marcarte objetivos personales de forma efectiva. No dudes en escribirme si te surgen dudas.
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