¿Cómo practicar el desapego de las cosas materiales?

¿Te cuesta soltar emociones, personas, circunstancias y/o cosas? Lógico, no es una tarea sencilla continuar con la cotidianidad de la vida cuando suceden cambios, sobre todo si son pérdidas. No obstante, lo único permanente que hay en la vida es el cambio. De ahí la importancia de practicar el despego emocional de las cosas materiales.

Desapego emocional de lo material

Una de las principales razones por la que nos cuesta desprendernos de lo material es porque solemos conservar recuerdos de cosas inanimadas y no somos conscientes de ello hasta que intentamos conseguir que nos remonten a aquello que hemos vivido con las personas o la situación en cuestión.

Las cosas no son más que eso, cosas. Pensar que de alguna manera forman parte de sus propietarios es apego. Lo que ocurre es que cuando sentimos apego hacia cosas inanimadas plantearnos desprendernos de ellas nos genera emociones como ansiedad, enfado, frustración, desesperación, etc.

Con esto no quiero decir que el objetivo sea que no seas dueño de nada, nada que ver. Me refiero más bien a que lo único que te pertenece es ser dueño de ti mismo.

La realidad es que cuando nos deshacemos de la dinámica de tener cosas solo por el hecho de tenerlas, empezamos a experimentar una sensación inmensa de libertad y felicidad ya que aquello que tenemos es porque realmente nos importa.

En definitiva, el vinculo obsesivo con el objeto, idea o persona se sustenta sobre una serie de creencias falsas:

  • Que es permanente.
  • Que nos va a dar seguridad.
  • Que nos va a hacer felices.
  • Que va a dar sentido a nuestra vida.

La importancia del vacío

La compra y la acumulación compulsiva nos lleva a evitar estados de vacío. En cambio, escuchar nuestro vacío es algo imprescindible para crecer a nivel personal. Cuando podemos alejarnos del ruido y del caos, conseguimos conectarnos con nuestro vacío interno y ser conscientes de qué es realmente lo que necesitamos.

Como dice el refrán “No es más rico quien más tiene si no quien menos necesita”, es fundamental que miremos hacia dentro para contactar con nuestras verdaderas necesidades. Es entonces, cuando nos iremos dando cuenta de que lo que acumulábamos y nos hacia sentir con una identidad y una imagen, en realidad no importa tanto.

Y ahora, ¿cómo empiezo el proceso del desapego?

En primer lugar, es fundamental que seas consciente de qué cosas dan valor a ti vida. Y vamos a desprendernos de expresiones del tipo: “por si acaso guardo esto”, “de momento voy a guardarlo aquí”, “voy a guardar esto porque me lo ha regalado X”, “esta ropa me encanta, la voy a guardar para cuando tenga esta talla”. A continuación, voy a detallarte una serie de pasos para que te resulte más sencillo iniciar este proceso:

  • Empieza con un área que te resulte sencilla, o el área que más te perturba.

Si empiezas por una zona que te resulte fácil enseguida vas a sentir mucha motivación y satisfacción. Esto te va a generar que quieras continuar con otras zonas.

  • Establece objetivos claros.

Al principio te va a resultar fácil desprenderte de cosas que no necesitas, que están viejas, que no funcionan, etc. Sin embargo, llegará a un punto que sea mucho más complicado de decidir qué quieres hacer con ese objeto. En este punto puedes plantearte objetivos claros, como por ejemplo desprenderte cada día de una cosa, de esta manera a final de mes te habrás deshecho de 30 objetos.

  • Conecta con tus emociones.

Desprendernos de posesiones en muchas ocasiones es como si dejásemos ir una parte nuestra. Sin embargo, en el fondo sabemos qué no vamos a usarlo y que por como somos nos resulta complicadísimo liberarnos de esas pertenencias.

Una de las cosas que más nos cuesta es desprendernos de recuerdos. ¿Realmente veo estos albúmenes de fotos? ¿Realmente necesito esta figurita que me regalaron? Es fundamental que entendamos que esos recuerdos van a estar siempre con nosotros y que no necesitamos de ese objeto material.

  • Dale una segunda oportunidad a aquello que no usas.

Los objetos que están en buenas condiciones pueden servirles a otras personas. Clasifícalos en aquellos que puedes vender, aquellos que vas a donar y aquellos van a acabar en la basura.

Si todos estos objetos los sacas de tu casa, alégrate de no haberlo dejado más tiempo ya que realmente no te eran necesarios.

  • Presta más importancia a lo espiritual que a lo material.

Tu cuerpo y tu mente van a buscar la seguridad y la supervivencia. Por ello es normal que tendamos a acumular cosas ya que nos hace sentirnos seguros.

Sin embargo, nuestra mente busca la constante evolución, crecimiento y vivencia de nuevas experiencias. Estoy segura de que si la escuchas conectarás con este cambio.

A media que nos vayamos entrenando en el desapego material comenzaremos a sentir una sensación de paz, serenidad y libertad interior.

Espero que estas herramientas te resulten útiles y empieces a practicar el desapego material!

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