Vacaciones. Verano. Montaña o playa. Coche o avión. Hotel o apartamento. Por fin, hemos llegado a este momento que llevamos esperando todo el año. El descanso merecido. Las vacaciones que tanto hemos planificado y deseado. Y PUM, todo sale horriblemente mal.
Cuando llega el verano, todos tenemos esa energía extra para planificar las vacaciones, para disfrutar del tiempo con nuestros seres queridos y para compartir más tiempo con nuestra pareja.
En cambio, en numerosas ocasiones las vacaciones en pareja no resultan tan idílicas como se pensaba. Es habitual que se convierta en unos días donde las discusiones aumentan, la desilusión desaparece y se produce una crisis en la pareja, llegando en el peor de los casos a una ruptura. Existen numerosos estudios sociológicos, que dice que las parejas se separan mayormente en épocas de vacaciones.
Es importante que tengamos en cuenta que no todas las parejas se van de vacaciones en las mismas condiciones. Es decir, existen parejas que no están pasando por su mejor momento y creen que esas dificultades se superaran pasando más tiempo juntos de vacaciones. No son conscientes del gran error que eso supone, ya que es habitual que al iniciar las vacaciones afloren todas las discusiones y reproches que llevan guardadas.
También encontramos “parejas idílicas”, que compaginan su trabajo, actividades deportivas y de ocio, y que a la vuelta de vacaciones deciden separarse ante el estupor de las personas de su alrededor. En estos casos, suelen ser personas que viven prácticamente de manera independiente unidas por compromisos familiares y/o sociales que por su relación en sí, que pasó a un segundo plano.
Crisis de pareja que se agudizan en vacaciones:
Existen una serie de factores que pueden detonar esa crisis en vacaciones:
- Estrés: solemos vivir en un mundo estresado. Tenemos numerosas obligaciones en nuestro día a día. En cambio, en vacaciones tenemos mucho más tiempo para disfrutar de nuestra pareja sin esas obligaciones y en ocasiones esto se convierte en una bomba de relojería. Es común que pequeñas cosas que no nos gustan de nuestra pareja se acentúen y seamos más conscientes.
- Cuidar la relación de pareja: en el 100% de parejas que vuelven de vacaciones en crisis escucho “le/la quiero pero….” En la mayoría de ocasiones ni siquiera saben qué significa ese “pero”, sienten que necesitan a su pareja pero al mismo tiempo necesitan distanciarse.
- Falta de tiempo: siempre hago la misma pregunta en consulta “¿Cuánto tiempo de calidad compartís?” Hay parejas que su tiempo de calidad se resume en cenar e irse a dormir. Cuando llegan las vacaciones y pasan más tiempo juntos se dan cuenta que son completos desconocidos.
Cuatro herramientas para prevenir la crisis de pareja veraniega:
- Planificad las vacaciones: un error común es la improvisación. Planificar las vacaciones en pareja es un punto fundamental para disfrutarlas.
- Aprovechad para probar cosas nuevas: en numerosas ocasiones nos encontramos la falta de esfuerzo por parte de la pareja en hacer cosas diferentes. Muchas parejas llegan a acostumbrarse a la cena de los viernes, la salida con los amigos del finde y la serie de Netflix. Solo tenemos una vida y hay que salir de ese estancamiento.
- Flexibilidad y concesiones: es habitual que queramos que todo sea perfecto y además como nosotros queramos. Aprender a CEDER es uno de los aprendizajes más importantes de las relaciones de pareja. Por supuesto, es vital hablar las cosas por si existe desequilibrio entre lo flexible que es uno y otro pero, en ocasiones, las circunstancias no se pueden cambiar y solo se puede cambiar tu actitud frente a ellas.
- Responsabilidades compartidas: el verano es para disfrutar y esto es aplicable a ambos miembros de la pareja. Si solo uno de los miembros se hace cargo de los niños, la casa, la organización de los planes, etc van a surgir discusiones. Recuerda que la pareja es un EQUIPO y que las responsabilidades deben estar dividas entre los miembros.
¿Terapia de pareja o divorcio después de vacaciones?
Después de las vacaciones aumentan las peticiones de Terapia de Pareja, ya que son muchas las relaciones que no resisten la experiencia de compartir tanto tiempo sin obligaciones.
Como os he comentado, las vacaciones son el detonante de la crisis, pero la realidad es que la mayoría de las parejas ya tenían dificultades previas y cuando realizamos en consulta la “historia de la pareja” aparecen complicaciones de un tiempo anterior.
Si la pareja tiene dudas lo ideal es que acudan a terapia de pareja antes de tomar decisiones. Este proceso les permite tomar decisiones de forma pausada y sosegada para decidir si finalmente quieren iniciar un proceso de separación o divorcio o apostar por seguir construyendo una relación sólida y solucionar esa crisis.
Sin embargo, no todo es negativo. Muchas parejas aprovechan las vacaciones para salir fortalecidas y consolidar su relación. Es un buen momento para reflexionar acerca de aquellos aspectos que no funcionan en la pareja y poner en práctica herramientas para mejorarlos.
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