Hace muchos meses subí un post titulado “¿Qué es una crisis existencial? En qué me puede ayudar la terapia psicológica”. He recibido a lo largo de los meses muchas consultas acerca de herramientas para atravesar una crisis personal de forma “rápida, saludable, sin malestar…” y me parece necesario parar y reflexionar sobre ello.
Pero en primer lugar es importante que leas el post anterior (también hay un video en el que vas a encontrar más información) ya que es el punto de partida.
Una crisis personal es un acontecimiento que provoca cambios importantes en nuestra vida. Nos suele generar ciertos conflictos que nos obliga a tomar decisiones que en otras circunstancias es probable que no hubiésemos tomado.
Atravesar por una crisis personal o vital es parte de un proceso natural de la vida. Sin embargo, cuando la persona no consigue superarla con éxito puede dar pie a un trastorno adaptativo. Actualmente, los trastornos adaptativos son muy frecuentes, numerosos estudios estiman que aproximadamente un 20% de la población va a sufrirlo en algún momento de sus vidas.
Tipos de crisis:
- Crisis vitales-evolutivas: están relacionadas con las diferentes etapas que atravesamos a lo largo de nuestra vida. Es decir, son cambios previsibles que nos plantean retos y que nos obligan a realizar diferentes reestructuraciones de nuestro “yo”. Por ejemplo, es muy común la crisis que se da en la adolescencia, la que se da a la mitad de nuestra vida y la de la tercera edad. También es importante señalar que no todas las personas viven estos cambios vitales como un proceso de crisis.
- Crisis situacionales: están causadas por situaciones que ocurren de forma repentina o imprevista y representan un cambio para el que la persona no estaba preparada. Por ejemplo, una ruptura de pareja o divorcio, la aparición de una enfermedad, la pérdida de trabajo o la muerte de un ser querido son acontecimientos que pueden dar lugar a la aparición de una crisis personal situacional.
En cualquiera de los dos tipos la persona presenta una elevada carga emocional que afecta profundamente a su capacidad para enfrentar su vida diaria. Durante ese periodo muchos de nuestros hábitos se desestabilizan y las habilidades de la persona para responder a su vida diaria disminuyen de forma considerable.
La persona suele describir la sensación de sentirse en la más absoluta incertidumbre y, afirma sentir pérdida de control.
Sin embargo, las crisis personales son una oportunidad de aprendizaje. Permiten a la persona parar a reflexionar en qué punto se encuentran y qué cambios quieren realizar en su vida. Promueven un cambio en nuestro sistema de valores y creencias. Y en numerosas ocasiones, la persona se ve obligada a replantearse sus objetivos vitales.
Para poder aprovechar la oportunidad de cambio y crecimiento que nos ofrece una crisis personal es importante superar el impacto emocional que nos ocasiona y que tengamos la valentía de aceptar que esto implica salir de nuestra zona de confort, aspecto que suele ser muy paralizante para muchas personas.
Consecuencias de atravesar una crisis personal
Una crisis personal se puede atravesar de diferentes maneras según personas hay en el mundo. Hay quienes necesitan más tiempo para salir de ella y otros necesitan de ayuda profesional para ubicar esas emociones.
Las crisis personales nos ponen a prueba. Ponen a prueba nuestra capacidad de toma de decisiones, identificación y manejo emocional, capacidad de resiliencia, etc. Ante las crisis podemos trabajar para salir fortalecidos de ellas o al contrario, que las emociones que nos generan malestar se apoderen de nosotros. Es decir, la crisis se va a convertir en una oportunidad para crecer o dará lugar a un trastorno adaptativo.
Herramientas que pueden ayudarte en caso de atravesar una crisis personal:
Trabajar en nuestra inteligencia emocional y en nuestros hábitos saludables te van a resultar de gran ayuda a la hora de atravesar una crisis personal. Cuidar tu bienestar psicológico va a ayudarte a reestablecer tu armonía. Algunas estrategias que puedes utilizar son las siguientes:
- Reconoce y acepta que te encuentras en un momento de cambio.
- Escúchate. Practicar la escucha comprensiva de una misma, de tus pensamientos, emociones, dificultades, miedos… va a ayudarte en este momento vital.
- Trabajar la autocompasión. Conectar con cómo te sientes y qué necesitas es algo imprescindible en este momento vital. Dedicarte tiempo y tratarte con cariño.
- Trata de evitar la culpa y los juicios de valor. Las valoraciones negativas sobre ti misma y el sentimiento de culpa, tienden a teñir todo el proceso de aprendizaje y la visión que tienes de ti misma.
- Sé consciente de tu nueva lista de valores. Permítete la posibilidad de cambiar tu lista de valores y prioridades esto te va a permitir empezar a realizar pequeños cambios que te aportaran mucha tranquilidad y bienestar.
- Identifica y toma conciencia de qué has perdido. Habitualmente las crisis personales implican pérdida, realizar el duelo de la misma es algo fundamental.
- Practica la asertividad. Di “no” a aquello que no te hace sentir bien o que no estás de acuerdo.
- Protege tus espacios y tiempos. No necesitas estar disponible siempre para los otros.
- Permítete periodos de descanso y de no tomar decisiones.
- Escribe sobre lo que piensas y sientes.
Los momentos de cambio son una oportunidad de aprendizaje pero a todos nos “descolocan”. Creeme me resultaría muy raro que ante este tipo de crisis la persona no sintiera que esta descolocado. Sin embargo, este momento es una oportunidad para hacer algo diferente. Las crisis son normales y habituales, te permiten aprender y avanzar. La clave esta en cómo gestionamos esas emociones. Si crees que tienes dificultades en gestionar las emociones que estás experimentando en esos momentos vitales no dudes en pedir ayuda.
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