En situaciones como la reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a Valencia el pasado 29 de Octubre, muchas personas se ven expuestas a condiciones traumáticas que impactan directamente en su salud mental. Tanto quienes vivieron la catástrofe de cerca —perdiendo bienes o incluso seres queridos— como aquellos que participaron en tareas de rescate y ayuda humanitaria, como los miles de voluntarios que se volcaron con las localidades afectadas pueden desarrollar secuelas emocionales que requieren atención. En este artículo, abordaremos los efectos psicológicos de haber vivido una experiencia traumática como esta, y también el impacto que puede experimentar el personal de ayuda, quienes pueden verse afectados por el llamado trauma vicario.
¿Cuáles son las consecuencias psicológicas en las personas afectadas directamente por la DANA?
Para quienes vivieron en primera persona el paso de la DANA y sus consecuencias, la experiencia puede resultar extremadamente impactante y desestabilizadora. A continuación, exploramos algunos de los síntomas y efectos más comunes:
1. Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
- Reexperimentación del evento: Los recuerdos intrusivos del momento de la catástrofe son un síntoma característico. Las personas pueden revivir una y otra vez la experiencia traumática, sintiendo el mismo miedo y angustia que vivieron en esos momentos.
- Evitación: Es común que se eviten lugares o situaciones que recuerden lo ocurrido, como regresar a sus viviendas o hablar de la experiencia. Esta evitación puede llevar al aislamiento social y a la pérdida de actividades cotidianas importantes.
- Hiperactivación: El sistema nervioso se mantiene en estado de alerta, haciendo que la persona se sienta constantemente nerviosa, ansiosa e incapaz de relajarse. Esto puede llevar a problemas de sueño, irritabilidad y dificultades para concentrarse.
2. Depresión y sentimientos de desesperanza
- La pérdida de bienes, viviendas o el propio sentido de seguridad puede sumir a las personas en una profunda tristeza y desesperanza. Esto no solo está relacionado con la pérdida material, sino con la percepción de que el futuro es incierto o que no se tiene el control de la propia vida.
- La depresión también se relaciona con el duelo, ya sea por la pérdida de un ser querido o de un estilo de vida previo. Las personas pueden sentirse atrapadas en una tristeza constante, que impacta su motivación y bienestar diario.
3. Ansiedad generalizada y ataques de pánico
- Tras una experiencia tan abrumadora, algunas personas desarrollan una ansiedad constante, una sensación de que algo malo puede ocurrir en cualquier momento. Esto se manifiesta en una preocupación constante y en la incapacidad de relajarse.
- Además, no es raro que quienes han vivido un trauma experimenten ataques de pánico, especialmente cuando se enfrentan a situaciones que recuerdan al evento original, como fuertes lluvias o sonidos similares.
¿Cuál es el impacto psicológico en los rescatistas y voluntarios?
Los efectos psicológicos no solo afectan a quienes sufrieron el evento de manera directa, sino también a aquellos que estuvieron expuestos a las consecuencias de la DANA mientras ayudaban. Estas personas, ya sea personal de rescate, trabajadores de emergencias o voluntarios, pueden desarrollar lo que se conoce como trauma vicario.
¿Qué es el trauma vicario?
El trauma vicario se refiere al impacto emocional profundo que experimentan aquellas personas que, aunque no hayan sufrido el evento en primera persona, han estado en contacto cercano con la tragedia y el sufrimiento de otros. Esto ocurre porque, al observar situaciones de angustia extrema, el cerebro responde como si estuviera viviendo el trauma, lo que puede desencadenar síntomas similares a los de un trauma directo.
Consecuencias del trauma vicario en rescatistas y voluntarios
Las personas que han trabajado en la asistencia en la DANA pueden experimentar algunos de los siguientes síntomas:
- Empatía desbordante y agotamiento emocional: Estar en contacto constante con el dolor ajeno puede generar un desgaste emocional que, en muchos casos, lleva a sentir los mismos síntomas de angustia y ansiedad que quienes vivieron el trauma.
- Despersonalización: Algunas personas pueden sentir una desconexión consigo mismas, como si estuvieran “desensibilizadas” ante sus propias emociones. Esto es una defensa psicológica frente al dolor, pero puede dificultar el día a día.
- Trastornos de sueño y pesadillas: Los rescatistas y voluntarios pueden tener pesadillas relacionadas con lo que han visto o dificultades para dormir debido al alto nivel de alerta que han mantenido durante el evento.
- Sentimientos de impotencia y culpabilidad: Es común que quienes ayudan en una catástrofe sientan que no hicieron lo suficiente, lo que se traduce en una sensación de culpa que los acompaña incluso después de haber terminado su labor.
¿Cómo pueden afectar estos traumas la salud mental a largo plazo?
Tanto el trauma directo como el trauma vicario pueden derivar en trastornos psicológicos de largo plazo si no se gestionan adecuadamente. Enfrentar estos efectos es clave para evitar complicaciones como:
- Aislamiento social: La evitación de situaciones o personas que puedan recordar el trauma puede llevar al aislamiento y a la pérdida de relaciones.
- Problemas de autoestima: La percepción de vulnerabilidad o la sensación de no haber hecho lo suficiente pueden hacer que la persona desarrolle una baja autoestima.
- Afectación en el rendimiento laboral: La falta de concentración, el agotamiento y la angustia pueden dificultar el regreso al trabajo, afectando tanto la productividad como el bienestar.
Estrategias para afrontar el trauma y el trauma vicario
Para superar las secuelas psicológicas de la DANA, tanto quienes vivieron el evento como quienes ayudaron pueden beneficiarse de las siguientes estrategias:
1. Buscar ayuda profesional
- Especialistas de salud mental con formación en trauma van a ayudarte a trabajar a nivel emocional en la experiencia que has vivido.
2. Practicar técnicas de autocuidado y mindfulness
- El autocuidado y el mindfulness ayudan a manejar el estrés y a desarrollar una mayor conciencia emocional. La práctica de la meditación y ejercicios de respiración profunda permite calmar el sistema nervioso y disminuir los niveles de ansiedad.
3. Buscar el apoyo de seres queridos
- Hablar sobre la experiencia con personas de confianza puede ser un gran alivio. Expresar las emociones ayuda a procesarlas y evita el aislamiento.
4. Participar en grupos de apoyo
- Los grupos de apoyo permiten compartir experiencias con otras personas que han vivido situaciones similares, lo cual puede proporcionar una gran sensación de comprensión y acompañamiento.
Vivir o participar en una situación de emergencia como la DANA en Valencia es una experiencia que puede marcar profundamente la vida de quienes estuvieron allí. Tanto el trauma directo como el trauma vicario requieren ser atendidos para evitar secuelas psicológicas de largo plazo.
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