Las distorsiones cognitivas son maneras erróneas que tenemos de procesar la información. Es decir, analizamos la información de nuestro alrededor generando consecuencias negativas. Por ejemplo, es habitual que en estados depresivos y ansiosos las distorsiones cognitivas jueguen un papel importante en el curso del trastorno.
Todos en alguna ocasión podemos presentar algún tipo de distorsión cognitiva. Saber identificarlas nos va a ayudar a tener una mente más clara, a desarrollar actitudes más realistas y sobre todo, positivas. A lo largo del post te voy a contar cuáles son las distorsiones cognitivas más habituales.
Existen algunas distorsiones cognitivas muy frecuentes entre la mayoría de las personas:
- Abstracción selectiva o filtraje: consiste en centrar nuestra atención en detalles concretos. Normalmente en aspectos negativos o inadecuados, acorde a nuestros esquemas y además se tiende a ignorar el resto de información. Palabras clave: «No soporto que…», «No aguanto que…», «Insoportable…».
- Sobregeneralización: es la tendencia a creer que si algo ha ocurrido una vez ocurrirá siempre. Palabras clave: «Todo», «Nadie», «Nunca», «Siempre», «Ningunos».
- Personalización o “falsa atribución”: ocurre cuando las personas sienten que son responsables al 100% de acontecimientos en los que apenas han participado o que incluso no han llegado a participar. Palabras clave: «Eso lo dice por mi…», «Yo soy más/menos tal… que…».
- Afirmaciones de “debería” o “tengo que”: son creencias rígidas e inflexibles acerca de cómo debería ser uno o los demás. Este tipo de pensamientos tienden hacia la excesiva autocritica cuando estan centradas en uno mismo. Cuando están dirigidas hacia los demás suelen favorecer hacia la rabia y la agresividad. Palabras clave: “Debo de..”, “No debo de…”, “Tengo que….”, “No tengo que”, “Debe de…….”, “No debe de…”….etc.
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- Pensamiento polarizado o dicotómico: se trata de ver las cosas como blancas o negras, falsas o verdaderas. No existen medias tintas. Palabras clave: «Útil frente a inútil», «Correcto frente a incorrecto», «Bueno frente a malo».
- Razonamiento emocional: asumir que los sentimientos negativos son el resultado de cosas negativas. Es decir, si me siento mal significa que la situación real es mala. Palabras clave: “Si me siento así entonces es cierto que…”.
- Maximización y minimización: consiste en magnificar los errores propios y los éxitos de los demás, y minimizar los éxitos y propios y los errores de los otros.
- Inferencia arbitraria: consiste en dar por hecho determinadas suposiciones, aunque no exista evidencia real por ello. Las dos principales serían: adivinación del pensamiento y adivinación del futuro.
- Etiquetación: se trata de etiquetas peyorativas para describirse a uno mismo. Palabras clave: “Soy un…”, “Es un…”,“Son unos…”.
- Interpretación del pensamiento: suponer las razones o intenciones de las otras personas sin prueba alguna. Palabras clave: «Eso lo dice por…», «Eso se debe a…».
- Falacia de control: creer de manera extrema que uno tiene todo el control o responsabilidad de las cosas o bien que uno esta controlado totalmente por las circunstancias y no puede hacer nada. Palabras clave: “No puedo hacer nada por…”,“Yo soy responsable de todo lo que….”.
- Falacia de cambio: creer que en un problema con otra persona o circunstancia no podemos hacer nada, a menos que cambie primero esa persona o circunstancia. Palabras clave: “Si tal cosa cambiara entonces yo podría…”.
- Falacia de justicia: creer que todo lo que ocurre debe de hacerlo de determinada manera y que si no es así es injusto. Palabras clave: “No hay derecho a…”, “Es injusto que…”.
- Culpabilidad: echarnos toda la responsabilidad de las acciones viéndonos como personas viles e indignas, o bien haciendo lo mismo con otros. Palabras clave: “Por mi culpa…..”, “Por su culpa……”, “Culpa de………..”.
- Tener razón: no considerar que cada persona tiene puntos de vistas distintos y tratar de luchar por imponer el propio criterio. Palabras clave: “Llevo la razón”, “Sé que estoy en lo cierto”.
- Falacia de recompensa divina: esperar que los problemas cambien por si solo, esperando que las cosas mejoren en el futuro, sin buscar soluciones en el presente. Palabras clave: “El día de mañana, esto cambiará”, “El día de mañana tendré mi recompensa”.
Las distorsiones cognitivas están muy relacionadas con los trastornos del estado de ánimo, como la depresión, además de otro tipo de conflictos. Es fundamental que la persona aprenda a identificarlas y manejarlas ya que de esta manera disminuiremos su impacto y aumentará el bienestar de la persona.
¿Cómo hacer frente a las distorsiones cognitivas?
Mediante la terapia psicológica podrás aprender a manejar las distorsiones cognitivas. Desde Psicología Monzó te enseñaremos a identificar tus distorsiones (que suelen aparecer disfrazadas de pensamientos cotidianos) para luego aprender a sustituirlas por un razonamiento alternativo.
La técnica más utilizada para eliminar este tipo de pensamientos es la reestructuración cognitiva. Mediante esta técnica aprenderemos a:
- Ser capaces de detectar y modificar pensamientos automáticos.
- Fomentar la identificación y la gestión de emociones como la ansiedad, la ira o la frustración.
- Será eficaz para cambiar creencias desadaptativas sobre cualquier aspecto de tu vida.
- Nos permite adoptar un estado psicológico adecuado. Por lo que, conseguirás un mayor bienestar emocional y consecuentemente, eliminaremos actos inadecuados o perjudiciales y conseguiremos un estilo conductual más saludable.
Para ello trabajaremos en tres niveles:
- Aprender a identificar nuestras distorsiones cognitivas.
- Examinaremos su veracidad.
- Realizaremos experimentos conductuales.
- Trabajaremos en cambiar tu dialogo interno.
En el vídeo de la web puedes obtener mucha más información acerca de las distorsiones cognitivas. Si crees que tus pensamientos limitan e influyen en tu bienestar solicita tu primera cita gratuita para poder evaluarlo.
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