¿Sabes que hay muchas personas que invierten alrededor de un 705 de su tiempo recordando sucesos pasados, o creando situaciones con “momentos perfectos”?
Dicen que dedicamos únicamente un 30% de nuestro tiempo a vivir de forma plena el momento presente.
Siempre les digo a las personas que acompaño en consulta que no es malo recordar aquellos momentos que nos hicieron felices, ni tampoco visualizar situaciones ideales para nosotras. Sin embargo, el problema principal ocurre cuando nunca logramos ser felices con el momento presente.
Es habitual que las personas pasen tiempo imaginando que serán felices cuando logren tener una vida estable; cuando tengan dinero suficiente para viajar; cuando encuentren pareja; cuando tengan un hijo; cuando consigan un buen trabajo o un ascenso en el suyo.
Te repito, no es negativo o malo tener objetivos que sabemos que al conseguirlos nos van a dar un chute de energía positiva; el problema es pensar equivocadamente que nuestra felicidad solo depende de la consecución de estos objetivos.
¿Por qué es importante vivir en el momento presente?
El presente es la única realidad que tenemos a nuestro alcance; mientras que el pasado ya ha quedado atrás y el futuro aún está por llegar.
Muchas veces me preguntan “¿Qué es vivir el momento presente?”. La respuesta siempre es la misma: se trataría de aprender a reconocer nuestras emociones y sentimientos, y aceptarlos tal y cómo son. Siendo capaces de evitar que la tristeza por sucesos pasados o la ansiedad e incertidumbre por el futuro nos paralicen.
Vivir el momento presente implica afrontar con una actitud de apertura todo lo bueno y malo que nos ocurre; nos permite disfrutar de cada situación, ser conscientes y coherentes con nosotras mismas y con nuestro alrededor.
Y, ¿por qué es tan difícil vivir en el aquí y ahora? Es habitual que nuestros horarios estén llenos de responsabilidades y deberes que nos exige la sociedad en la que vivimos y que nos animan a vivir de forma totalmente inconsciente con el piloto automático activado. Dedicamos mucho tiempo a preocuparnos por situaciones que han ocurrido y/o que van a ocurrir. Toda esta circunstancia nos lleva a focalizarnos en esas circunstancias o a evitar el dolor emocional, sin darnos cuentas que esto nos impide vivir con plenitud y disfrutar del aquí y ahora. Para vivir el momento presente tenemos que estar dispuestas también a experimentar y sentir ese dolor emocional, a enfrentarnos a el y a aprender a gestionarlo.
Desde pequeños se nos enseña a que dedicarnos tiempo a una misma y al autocuidado es signo de profundo egoísmo. Se nos enseña a que debemos controlar nuestras emociones y que las emociones malas hay que eliminarlas. Lee esto con atención: las emociones no se pueden ni se deben controlar, si las sentimos es por algún motivo. Nos quieren decir algo, nos proporcionan información y si intentas controlarlas van a acabar por intensificarse. Por ello, intentar esconderlas o evitarlas no va a ser la solución ya que vas a esconder los problemas que hay detrás de estas emociones, y estoy plenamente segura que cuando menos te lo esperes van a llamar a tu puerta y probablemente de forma mucho más intensa.
Vale y ahora qué, si no puedo esconder o controlar mis emociones ¿qué puedo hacer? Puedes elegir sentirlas y experimentarlas, tanto aquellas positivas como las negativas. Si te permites sentir aquello que sientes, pensar aquello que piensas y actuar de acuerdo a todo esto, vas a vivir la vida que quieres vivir, la que hayas elegido y la que merece la pena vivir.
¿Cómo puedo aprender a vivir el momento presente?
El presente es un momento que nos proporciona muchas situaciones de paz, aprendizaje, bienestar y alegría. Sin embargo, es habitual que no sepamos cómo experimentar esa plenitud.
A continuación, voy a compartir contigo algunas herramientas que te van a ayudar a vivir el momento presente:
- Suelta las mochilas del pasado: las situaciones pasadas en numerosas ocasiones ocupan gran parte de nuestra atención. Existen personas que ocupan gran parte de su tiempo en añorar aquellos momentos que les hicieron felices o lamentándose por fallos cometidos en el pasado. Esto es una carga muy muy pesada para llevarla toda tu vida. Es fundamental aprender a ver las situaciones del pasado de una forma positiva, focalizándote en el aprendizaje de esas situaciones.
- No puedes controlar todo aquello que te sucede: nuestro instinto de supervivencia nos lleva a intentar controlar todo lo que nos sucede. Sin embargo, no todo lo podemos controlar y cuando anticipamos cada cosa que “nos podría ocurrir” estás dejando de vivir el presente y te muestras agobiada y estresada. Esto lleva a pensar de forma obsesiva en tu futuro.
- Meditación: no hay mejor manera de aprender a vivir en el presente que la meditación. Es un ejercicio a través del cual vas a practicar la atención plena. Vas a aprender a poner atención total a aquello que sientes y piensas en el momento presente. El momento presente es lo único que tienes y el presente es lo único que hay (esta frase maravillosa es de una canción). Te invito a que trates de poner atención plena a cada cosa que hagas. Vas a aprender a disfrutar cada día de forma consciente, despierta y atenta.
Beneficios de la práctica de la atención plena:
Con la práctica de la atención plena vas a conseguir lo siguiente:
- Vas a ser consciente de qué cosas son importantes para ti.
- Vas a hablarte de forma más compasiva.
- Vas a dedicar tiempo de calidad y presencia en todo aquello que realices.
- Vas a vivir con propósito y sentido, realizando actividades que te llenan y que te conducen a metas importantes para ti.
- Vas a aceptar tus experiencias interiores.
Espero que el post te ayude a iniciarte en este proceso de vivir el presente. Y que poco a poco empieces a vivir de forma más consciente, aceptando tus sentimientos, emociones y pensamientos. Recuerda que si quieres que te acompañe en este proceso de vivir el presente y encontrar sentido a tu vida puedes solicitar una primera cita gratuita.
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