
El Día Internacional de la Mujer es una fecha para reivindicar derechos, pero también para hablar de una realidad que muchas viven en silencio: la carga mental, la ansiedad y el agotamiento emocional. Las mujeres, en muchos casos, asumen múltiples roles, enfrentan mayores presiones sociales y, a menudo, dejan su bienestar en segundo plano.
Pero, ¿cómo afecta todo esto a la salud mental? ¿Por qué tantas mujeres se sienten agotadas sin saber exactamente por qué? En este post, quiero abordar los factores que influyen en el bienestar emocional de las mujeres y qué se puede hacer para aliviar ese peso invisible.
La carga mental: cuando la mente nunca descansa
Seguro que has escuchado hablar de la «doble jornada». Muchas mujeres trabajan fuera de casa, pero al llegar a casa siguen ocupándose de tareas domésticas, cuidado de hijos o apoyo emocional a la familia. Y aunque esto ha cambiado en algunos hogares, la realidad es que muchas mujeres siguen siendo las principales responsables de la gestión del hogar y del bienestar de los demás.
El problema es que, aunque estas tareas no siempre sean físicas, sí generan un agotamiento mental constante. Pensar en qué falta en la nevera, recordar fechas importantes, planificar la semana o gestionar imprevistos son cargas que, poco a poco, desgastan.
🔹 ¿Cómo afecta esto a la salud mental?
- Mayor riesgo de ansiedad y estrés.
- Fatiga crónica y sensación de estar siempre «al límite».
- Problemas de concentración y dificultad para desconectar.
🔹 ¿Qué se puede hacer?
- Delegar responsabilidades: la carga mental debe repartirse en el hogar.
- Aprender a decir no: no es posible hacerse cargo de todo.
- Dedicar tiempo propio sin culpa: descansar y desconectar no es un lujo, es una necesidad.
El síndrome de la impostora: «No soy lo suficientemente buena»
¿Alguna vez has sentido que, a pesar de tus logros, no eres suficiente? Muchas mujeres experimentan el síndrome de la impostora, una sensación constante de no estar a la altura, de creer que su éxito es fruto de la suerte y no de su propio esfuerzo.
Este sentimiento se da en el ámbito laboral, académico e incluso en la maternidad o la vida personal. La sociedad ha impuesto estándares altísimos a las mujeres, haciendo que muchas duden de sí mismas incluso cuando tienen méritos de sobra.
🔹 Señales del síndrome de la impostora:
- Sentir que en cualquier momento «descubrirán» que no eres tan buena como creen.
- Restar importancia a los logros, atribuyéndolos a la suerte.
- Compararse constantemente con otras mujeres.
🔹 ¿Cómo combatirlo?
- Reconocer los propios logros sin minimizarlos.
- Hablar del tema con otras mujeres (verás que no estás sola).
- Cambiar el diálogo interno: si no se lo dirías a una amiga, no te lo digas a ti misma.
La salud mental y la desigualdad de género
No se puede hablar de bienestar emocional sin hablar de la realidad: las mujeres aún enfrentan más dificultades económicas, mayor precariedad laboral y una mayor exposición a la violencia de género. Todo esto tiene un impacto en la salud mental.
Por ejemplo:
- Las mujeres tienen el doble de probabilidades de desarrollar ansiedad y depresión que los hombres (Organización Mundial de la Salud).
- La brecha salarial y la inestabilidad laboral generan mayor estrés financiero.
- La violencia de género afecta la autoestima y puede derivar en trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Esto no significa que la salud mental femenina esté condenada, sino que es clave que se hable del tema sin tabúes y se fomenten espacios de apoyo y prevención.
Rompiendo el estigma: pedir ayuda psicológica no es un fracaso
A pesar de la importancia de la salud mental, muchas mujeres aún sienten culpa o vergüenza por acudir a terapia. Se nos ha enseñado a «aguantar», a ser «fuertes» y a priorizar a los demás. Pero la realidad es que no podemos cuidar a otros si no nos cuidamos a nosotras mismas.
🔹 Cuando es momento de buscar ayuda:
- Si sientes ansiedad o tristeza de manera recurrente.
- Si el estrés te supera y no puedes desconectar.
- Si te sientes constantemente insuficiente o agotada.
La terapia no es solo para «casos graves», sino para aprender a gestionar emociones, mejorar la autoestima y vivir con mayor bienestar.
El 8M también es salud mental
En este Día Internacional de la Mujer, es importante recordar que la lucha por la igualdad también incluye la salud mental. Cuidarnos no es un acto de egoísmo, sino de resiliencia. Aprender a poner límites, reconocer nuestra valía y priorizar el bienestar emocional es un paso fundamental hacia una vida más equilibrada y plena.
Si sientes que necesitas apoyo para gestionar la ansiedad, el estrés o la autoestima, en Psicología Monzó podemos ayudarte. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía. 💜
Comentarios