“Maria lleva viniendo a consulta varias semanas. Había acudido por primera vez después de un viaje de vacaciones en el que estuvo prácticamente todo el tiempo en la cama. Es una profesional brillante, contaba muy orgullosa que era la mejor en todo lo que hacía. Sin embargo, sus preocupaciones por querer abarcarlo y controlarlo todo la tenían absorta. Se sentía exhausta. Le preocupa no sólo ser la mejor para sí misma sino para los demás. Quería ser la mejor pareja, la mejor profesional, la mejor hija, la mejor hermana, la mejor amiga…. Y algún día la mejor madre. Decir que “No” le hacía sentir egoísta y mala persona. Su objetivo en la terapia era aprender cómo podía seguir haciendo todo eso sin sentirse exhausta”.

Y ahora yo te pregunto… ¿Te sientes identificada? ¿Crees que Maria pone límites en sus relaciones interpersonales? Mi objetivo con este post es que seas consciente de la necesidad de los límites en nuestras relaciones interpersonales para tener bienestar emocional.

¿Qué son los Límites?

Los límites son las expectativas y necesidades que nos ayudan a sentirnos seguras y cómodas en nuestras relaciones interpersonales. Es decir, en una relación las expectativas te van a ayudar a mantenerte en un estado mental y emocional sano. Aprender a decir “no” y cuándo decir “sí” son una parte esencial para que puedas sentirte cómoda en el momento en el que interactúas con los otros.

Establecer límites saludables te va a proporcionar seguridad en ti misma, te vas a sentir tranquila, respetada y serena. Reflejan cómo permites que la gente esté ahí para ti y cómo estas tú para ellos.

Un límite es una “pista” que le vas a dar a los demás sobre cómo quieres que te traten. Por este motivo hay diferentes tipos de límites y podemos ser más o menos claras. Aquí reside la importancia de saber poner buenos límites.

Beneficios de poner límites saludables:

• Vas a poder dejar claros tus principios, valores, criterios, opiniones, etc.
• Vas a darle valor y escuchar tu propia opinión.
• Vas a compartir con los otros de manera asertiva.
• Vas a permitirte mostrar tu propia vulnerabilidad con tu circulo de confianza.
• Vas a poder decir “No” sin sentir incomodidad.
• Vas a recibir un “No” como respuesta sin que te genere inseguridad o sentirlo como algo persona.

Tengo la plena convicción y así lo trabajamos en terapia que los límites son la cura para la mayoría de los problemas relacionales. Si bien es cierto, que es fundamental que ambas partes deben participar y respetar los límites.

Señales de que no mantienes relaciones saludables:

• Eres incapaz de expresar tus necesidades y emociones, porque la otra persona se niega a escuchar.
• La otra persona se niega a aceptar peticiones razonables.
• Cuando terminas vuestras interacciones te sientes casi siempre triste, enfadada, exhausta o decepcionada.
• Hay falta de confianza.
• La relación no es recíproca: tú das y el otro solo recibe.
• La otra persona se niega a cambiar algunos comportamientos no saludables.

Algunas preguntas que pueden ayudarte a reflexionar acerca de tus relaciones interpersonales y los límites:

• Piensa en algún momento en el que alguien te ha dicho “No”. ¿Cómo reaccionaste? ¿Podrías haber reaccionado de una manera más saludable?
• ¿Cómo crees que va a responder tu entorno a tus límites? ¿Te basas en hechos o en suposiciones e imaginaciones?
• Piensa en alguna situación en la que te hubiese gustado decir “No”, pero no lo hiciste. ¿Cómo podrías haber expresado tu límite?
• En qué aspectos de tu vida consideras que necesitas límites. Haz una lista con lugares o personas a las que te gustaría establecer algún límite saludable.

¿Por qué te cuesta poner límites?

Existen infinidad de motivos. A modo resumen os enumero las dificultades que más solemos ver en consulta:

• Miedo al conflicto: la persona evita entrar en conflicto al sentirse incapaz de defender sus propias opiniones y el desacuerdo con el otro.
• No tener claras las propias necesidades: la pobre diferenciación entre una mismo y los demás, provoca que no se sepa con certeza dónde empiezan las propias necesidades y las del otro.
• Baja autoestima:sentirte sin derecho a defender tus propias necesidades inhibe la presentación de las mismas. Por ello, la persona al sentirse sin este reconocimiento llega a considerar que sus necesidades no son tan importantes como las de los demás.
•  Miedo al rechazo.
• Falta de asertividad: la persona tiene dificultades para comunicar sus límites provocando que evite hablar de ellos. De esta manera, refuerza y mantiene esta situación.
• Bloqueo emocional ante el enfado de otra persona: la persona se muestra complaciente ante las necesidades de los demás.
• Dificultades para manejar la frustración o rabia: la persona siente que no puede manejar estas emociones. Por este motivo decide “tragárselas” o “evitarlas” provocando así que el hecho que las ha provocado (la necesidad de poner un límite) no sea tenido en cuenta, y finalmente acaba por priorizar la demanda del otro.

Cómo establecer límites saludables.

Ahora que hemos entendido la necesidad e importancia de establecer límites en nuestras relaciones, seguro que te preguntas cómo hacer para definir tus propios límites. El primer paso sería qué identifiques en qué interacciones te sientes o has sentido incómoda.

Una vez tengas claro en qué interacciones te sientes incómoda trata de reflexionar acerca de cómo podrías comunicar de forma abierta y honesta tus necesidades. A continuación, reflexiona acerca de por qué son importantes estos límites para ti.

Si durante ese proceso crees que necesitas ayuda no dudes en escribirme, mediante la terapia online trabajaremos para que puedas identificar tus dificultades para establecer límites saludables en tus relaciones interpersonales. Y conseguiremos que puedas mejorar tu salud mental.