dificultades emocionales

Los trastornos emocionales, siempre se han asociado más a población adulta que a población infanto-juvenil. Hoy en día asistimos a un aumento de estos problemas en la población infantil. Las emociones y la forma en la que el niño las procesa va a ser uno de los pilares de su personalidad en el futuro. Por ello, detectar y tratar a tiempo estas dificultades va a ser fundamental.

Los problemas que más nos encontramos en la infancia es la baja tolerancia a la frustración. Niños que les cuesta mucho asumir las normas y los límites, que están aprendiendo a escribir o sumar, y se enfadan cuando algo no les sale.

También la baja empatía es otro de los problemas que nos encontramos con los niños cuando son pequeños. Para desarrollar la empatía los niños tiene que ser capaces de ponerse en el lugar del otro, esto no ocurre hasta que tienen 4 o incluso 5 años, pero es un concepto que hay que trabajar. Consiste en tratar a los demás como le gustaría a uno que lo tratasen.

En los más pequeños, los problemas emocionales están enmascarados en problemas de conducta. Los padres suelen acudir a terapia ante comportamientos disruptivos de sus hijos. Sin embargo, es necesario observar pequeños cambios en el comportamiento de nuestros hijos que nos pueden indicar que algo no va bien y que además podría tener que ver con algún problema emocional:

Cambios de humor: notas que tu hijo tiene cambios bruscos de humor. En un mismo día puede pasar por diferentes estados emocionales (eufórico, feliz, triste o enfadado).

– Se muestra más hostil: se muestra arisco. No acepta normas. Está más susceptible, todo parece molestarle.

– Pasotismo: dejan de interesarle actividades que antes le agradaban. Y muestra pasotismo ante prácticamente todo. Adoptan una actitud anormalmente apática.

– Desinterés: pérdida de interés por actividades que antes le interesaban.

– Violencia: tu hijo de pronto se muestra más rebelde, e incluso agresivo. No es capaz de controlar la ira y tiene reacciones violentas ante situaciones normales.

– Llamadas de atención: cuando su comportamiento cambia y los profesores comienzan a llamarte la atención, es porque está pidiendo ayuda. Sufre un “desbarajuste” emocional y no es capaz de controlar sus impulsos. De ahí que lance pequeñas “llamadas de atención”.

– Cambios de apetito: la relación con la comida es un indicador de cómo está tu hijo a nivel emocional. Si cambia su alimentación, si de repente como con ansiedad o por el contrario, rechaza la comida o muestra una pérdida de apetito, es un síntoma de que algo le perturba a nivel emocional.

– Cambios en los hábitos del sueño: de pronto tu hijo tiene más ojeras, bosteza con más frecuencia, le cuesta dormir, tiene insomnio o tiene más pesadillas.

Si observas cambios en el comportamiento de tu hijo, no dudes en consultarnos. Tratar estos problemas de forma precoz es fundamental para el futuro desarrollo del niño.

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