Psicología Monzo » Psicólogos Niños » Problemas de Conducta
Cuando nos encontramos con un niño con problemas de conducta observamos gran dificultad para controlar sus emociones y su comportamiento. El comportamiento puede ser desafiante y el niño, puede tener fuertes conflictos con las figuras de autoridad (padre/madre, profesores). Sus actos pueden ser agresivos y destructivos. Debemos tener en cuenta que todos los niños muestran de forma ocasional problemas de conducta. Sin embargo, hablaremos de trastornos de conducta cuando estos se produzcan de forma habitual y sean intensos.
Los problemas de conducta empiezan en la infancia. Pero cuando esos niños no reciben tratamiento adecuado en ese momento los problemas se intensifican y suelen presentar graves problemas de conducta en casa, en el colegio o en ambas. A medida que crecen, estos niños tienden a tener problemas de consumo de alcohol o drogas, al igual que conductas delictivas o violentas. Por tanto, es muy importante la intervención precoz.
Cuando el niño presenta un trastorno de comportamiento, padres y profesores se encuentran ante un niño que no obedece, que puede mostrarse agresivo y que tiene dificultades en las relaciones sociales. Podemos observar también los siguientes síntomas:
- Se enfada frecuentemente.
- Contesta de malas maneras.
- Se muestra desafiante con la postura y la mirada.
- No obedece o se resiste a obedecer.
- Culpa a los demás de cosas que hace él.
- Se muestra rencoroso y vengativo con los otros.
- Miente de forma constante.
- Se muestra cruel con compañeros, animales…
Estos comportamientos desbordan a los padres. Que un hijo conteste mal y se niegue a obedecer genera sentimientos de malestar, incompetencia, frustración y de pérdida de autoridad. Es entonces cuando los padres, en un intento de “imponerse”, gritan más fuerte, repiten la orden de forma más dura, amenazan, recriminan la conducta de desafío… y a partir de aquí habrá perdido las riendas y el control de la situación.
Para el tratamiento efectivo de estos problemas conductuales son esenciales los siguientes componentes: entrenamiento de padres y la intervención psicoterapéutica del menor. En los casos en los que fuese necesario también sería fundamental la colaboración con su colegio.
La implicación de la propia familia es fundamental para conseguir resultados satisfactorios en el tratamiento. Los problemas de comportamiento pueden empeorar o mejorar en función de las estrategias que utilicemos y para que el tratamiento sea efectivo, se debe iniciar de forma temprana.
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